lunes, 15 de septiembre de 2014

Biografía de John Baskerville

John Baskerville nació en 1706 en Sion Hill, Worcester (Inglaterra). Llegado el año 1723 se había convertido en un maestro de la escritura y un hábil grabador de lápidas. En 1740 inició en Birmingham un negocio de barnices, que en unos años, lo haría un hombre muy rico. Alrededor de 1750 comienza a experimentar con la fabricación de papel, elaboración de tintas, fundición de tipos e impresión y en 1754, Baskerville crea su primer tipografía (los punzones fueron grabados por John Handy, quien trabajó con él durante 28 años). John Baskerville es el verdadero depositario y continuador de la tradición tipográfica veneciana. Antes de ser dibujante y grabador de letras, fue calígrafo; empleó cerca de 8 años para definir minuciosamente un nuevo alfabeto. Su búsqueda apuntó a la proporción absoluta en el diseño de las letras y a la máxima perfección en la imprenta, lo que lo llevó a prestar particular atención a las correcciones ópticas y a la introducción de pocos y cuidadosos elementos decorativos. En 1757, Baskerville publica su primer trabajo: Bucólica de Virgilio, al que siguieron otros clásicos. En 1758 se convierte en impresor de la Universidad de Cambridge, donde el 4 de julio de 1763 publica su obra maestra, una Biblia impresa usando tipos, tinta y papel propios. El uso de unos cilindros de cobre caliente para dar un acabado alisado a las páginas indican su compromiso en la búsqueda de una impresión perfecta. Los caracteres que diseñó poseían una gran delicadeza y elocuencia visual, en vez de buscar la ostentosa orna-mentación del estilo de su generación, eligió la simplicidad, tanto en los diseños de tipos, como en su impresión. La composición de sus páginas nos habla de un diseño elegante en el que prima la claridad y en el que nada interfiere al mensaje. John Baskerville falleció el 8 de enero de 1775. Como un desafío personal quiso superar la tipogeafía creada por William Caslon, pero su falta de experiencia como grabador le impidió conseguirlo, aunque esto no fue obstáculo para que creara una pieza maestra del diseño de alfabetos. La tipografía Baskerville puede reconocerse fácilmente por la elegancia de sus mayúsculas, la exagerada terminación de los serif en sus números y los puntos redondeados en los signos de puntuación y en la “j” minúscula. Las fuentes Baskerville no se ganaron el favor de los impresores ingleses y desaparecieron en un oscuro túnel por más de 150 años hasta que el diseñador americano Bruce Rogers los rescató del olvido reeditándolos para Monotype en 1924 y para Linotype en 1931. La calidad de las prensas de impresión y del papel mejoró tanto durante el siglo XVIII que permitió fundir tipos con detalles impensables hasta entonces. Tenían mayor contraste y proyección vertical y mayor delicadeza en los rasgos. El impresor y fundidor inglés, John Baskerville, desempeñó un papel decisivo en el abandono de los estilos antiguos durante éste importante período de transición. Aunque no fue el primero de estas características, los tipos Baskerville, resultaban bellamente proporcionados, y gozaron de gran admiración tanto en Europa como en Estados Unidos, donde Benjamín Franklin fue uno de sus pioneros. Estos tipos, junto con otros similares, se suelen catalogar como de transición.

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