lunes, 15 de septiembre de 2014

Contraste en las Tipografías

Dos valores combinados con arreglo a leyes de contraste modifican y refuerzan el efecto de ambos. La copa de un árbol parece más redonda si éste crece junto a un edificio angular, un color cálido difunde más calor al combinarse con un color frío.


La estética y la legibilidad de un tipo dependen de las combinaciones de formas dispares: redondas con rectas, estrechas con anchas, pequeñas con grandes, finas con gruesas, etc. El área impresa debe estar en una relación de tensión con el área no impresa, y esta tensión nace de los contrastes. La combinación de valores parecidos sólo produce una vulgar monotonía.

Pensar en términos de contraste aporta claridad y no confusión, ya que incluso la combinación de valores opuestos puede producir una unidad armoniosa. Hay conceptos que sólo adquieren realidad a través de sus contrarios, por ejemplo “arriba~ abajo”, “horizontal~vertical”, etc. El hombre moderno piensa en términos de contraste.


Al combinar contrastes hay que vigilar atentamente en no romper el efecto de unidad del conjunto.


Si los contrastes son demasiado violentos, como entre claro y excesivamente oscuro, o grande y demasiado pequeño, un elemento puede predominar hasta tal punto que el equilibrio entre los dos se rompa, o incluso ni siquiera exista.

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