lunes, 15 de septiembre de 2014

Origen del alfabeto - desarrollo de los signos fonéticos latinos

La escritura existe desde que el hombre dispone de herramientas con las que puede trazar, pintar, o grabar. En la pre-historia cuando el hombre plasmó en las cavernas escenas de caza o signos de fecundidad, lo hizo con trazos y manchas esquemáticas, sugiriendo así, el primer sistema de comunicación gráfica: la PICTOGRAFÍA. Los primeros ejemplos datan de las cuevas de Altamira, en la actual España.

El 3000 a. C. aparece la etnia semítica, con lengua y rasgos fisonómicos comunes procedentes de Arabia, Fenicia, y Siria. Con gran sentido de la organización, crean el primer sistema válido para la escritura: la IDEOGRAFÍA. Su sistema se basa en una serie de dibujos ordenados de objetos
o seres que explican un hecho o historia, sin que intervenga el sonido de las palabras.

En Egipto y la Mesopotamia, la ideografía evoluciona y el sistema de escritura se enriquece, el significado de las cosas empieza a comprenderse no sólo por su dibujo (forma) sino también por su sonido (fonema de cada sílaba).

Por esos mismos años, en Egipto se crea la escritura JEROGLÍFICA donde cada concepto es representado por uno o más dibujos.

Al mismo tiempo como respuesta a la necesidad creada por la rapidez, surgen formas de escritura más simplificadas, con signos menos figurativos y más semejantes a una escritura caligráfica.

También los sumerios adoptan la escritura jeroglífica, caracterizados, sus trazos, por la caña afilada que usaban como “pluma”, grabando los signos sobre tablillas de arcilla blanda. Los rasgos adoptan forma de pequeños triángulos (llamados “clavos”), trazos en forma de cuña, lo que le da el nombre de ESCRITURA CUNEIFORME.

Los fenicios, ya en el año 1300 a. C. dedicados al comercio marítimo, crean el primer ALIFATO (alfabeto sin vocales) FONÉTICO, compuesto por 22 signos o letras, todas consonantes. Aunque no se representan aún las vocales eran pronunciadas al hablar. Este alfabeto es llamado FONÉTICO.

Las palabras se separaban con puntos y se leían de derecha a izquierda. Los griegos, siglo VIII a. C. llamaban SEMEIA a su escritura (traducido:
“escritura fenicia” evidenciando su origen). El orden, la forma y los nombres provienen de la escritura SEMÍTICA, donde los nombres de los signos correspondían a significados particulares.
A modo de ejemplo:
ALPHA (letra griega) proviene de ALEPH (letra fenicia) que traducido significa “buey”. Del mismo modo que:
BETA > BETH > “casa”
GAMMA > GIMEL > “camello”
DELTA > DALETH > “puerta”
Los fenicios, a través de sus colonias comerciales llevaron su escritura a los griegos. Ellos lo adaptaron a su lengua y utilizaron algunas de las consonantes (sus formas) para representar las vocales, dándoles así origen a: ALPHA, ÉPSILON, IOTA, ÓMICRON e YPSILON.
La dirección de la escritura varía en las inscripciones griegas más antiguas. Primero, en sentido SINISTRÓRSUM, de derecha a izquierda;
posteriormente, BUSTRÓFEDON, alternando de derecha a izquierda y viceversa, invirtiendo los signos acorde al sentido de cada línea. Finalmente el sentido se fija de izquierda a derecha, DEXTRORSUM, es el que prevalece en la actualidad.
Nuestras letras son fruto de un largo proceso de síntesis: <Ver cuadro> Los latinos, siglo VIII a. C. tomaron el alfabeto de los etruscos, quienes se establecieron en la costa de Italia antes de la fundación de Roma. Las ESCRITURAS ETRUSCAS no pudieron ser descifradas, tampoco se conoce demasiado sobre el origen de este pueblo. Se cree que tomaron el alfabeto del griego occidental (adaptado del fenicio) antes de la unificación de los alfabetos griegos. Así surgió el primer alfabeto usado en tierras italianas. Hacia fines del siglo IV a.C. se estandarizaron las formas de las letras y
ahora se escribía de izquierda a derecha. Para el siglo I a.C. se añadieron las letras Y y Z. Durante la edad media se anexaron la J, la U, y la W conformando un alfabeto de 26 letras.
Ya a partir del año 200 a.C. los romanos comenzaron las invasiones para extender su imperio e impusieron su alfabeto a las naciones conquistadas. En el imperio romano se utilizaban dos tipos principales de letras: las

CAPITALES CUADRATAS (o cuadradas, o quadratas) para las inscripciones formales, y más tarde un estilo cursivo con propósitos informales. El mejor ejemplo de las cuadratas es la columna de Trajano, en Roma, terminada en el año 114 d.C. Estas letras construidas a partir de formas geométricas, son el primer molde para nuestro alfabeto en mayúscula actual.
Los textos eran tallados con buril en las piedras, lo que generaba un claroscuro debido a la sección de grabado triangular. No se utilizaba espacio entre las palabras, pero sí un blanco generoso entre línea y línea. La versión caligráfica (trazada con pluma sobre papiro) de las mayúsculas
cuadratas es la llamada LlBRESCA, utilizada en el siglo III para escribir los títulos en los libros de la época, se la reconoce por sus características gracias trazadas de un sólo plumazo.
La mayúscula RÚSTlCA, de uso veloz y práctico, se implementó entre los siglos I y XI. Sus formas condensadas permitían el ahorro de espacio, hecho importante si se tiene en cuenta que en ese tiempo el papiro y el pergamino eran costosos. Es una respuesta a la necesidad de una población romana crecientemente ilustrada que deseaba escribir de forma rápida y económica.
En el siglo IV se desarrolló una variante de las capitales cuadratas, llamada UNClAL, que se utilizó principalmente en los libros. Se caracterizaban por sus trazos redondeados, y las ligaduras entre letras propias de una mayor velocidad de escritura.
En el año 800, a pedido del emperador Carlomagno, se adoptó un nuevo estilo de escritura, mas abierto, redondeado y vertical, con mayor contraste entre los anchos de bastón. De fácil legibilidad y dibujo, se aumentó el espacio entre las palabras y entre líneas. Así nacen las letras llamadas de CAJA BAJA, las MINÚSCULAS CAROLlNGIAS, constituyó el estilo dominante de escritura manual en Europa hasta el siglo XII. Durante la alta Edad Media o período Románico, a partir del año 1000
aproximadamente, las formas de las letras se volvieron mas condensadas y angulares, con menor espacio entre letras, palabras y líneas. En este período se construyeron gran número de iglesias y monasterios, lo que llevó a un aumento en la producción de manuscritos. Los monjes que trabajaban en el SCRIPTORUM de los monasterios copiaban los libros para diferentes tipos de mercado, entre ellos, los seglares que asistían a las Universidades fundadas por estos tiempos (U. de Bologna, 1088).Las influencias de la baja Edad Media, o período Gótico se extendió hasta el año 1600. Este estilo condensado y angular recibió el nombre de GÓTICA, si bien sumó en economía del espacio, resignó legibilidad, por lo que los libros de la época solían diagramarse a dos columnas. Este estilo, GÓTICA TEXTURA, fue tomado como modelo por Gutenberg para el diseño de los primeros tipos móviles. Al sur de Europa prefirieron una versión no tan densa y condensada, a la
que denominaron ROTUNDA.


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